viernes, 29 de agosto de 2008

El precio de la Temeridad

Todo se paga. Tarde o temprano todo se salda a su precio real. De momento, y ojalá que por muchos años, sólo se está abonando en taquilla A y taquilla B. Período de recoger el fruto de la temeridad manifiesta del torero de Galapagar José Tomás, que no es gratuita.

Sí, hoy se enfrenta a dos nuevos astados que le situarán, si todo sale bien e incluso mal, un poco más cerca del cielo taurino. En la Plaza de Toros de Linares, su plaza. Y no lo digo yo. Él mismo lo ha manifestado en alguna ocasión. Aquí murió su alter ego Manolete. Y aquí, si debe malograrse su carrera, le gustaría acabar, como Manolete. De momento cada vez que viene a Linares se hospeda en el mismo hotel y habitación que el genuino y mítico torero cordobés. Pareciera que el macabro ritual ha comenzado.

Y a las pruebas me remito. Indolente ante el peligro pareciera que José Tomás campanilla en mano estuviera retando cara a cara y con la misma cercanía que desarrolla su faena ante el toro a la misma muerte. No enmienda. Si el toro ha de pasar será por encima suyo, porque no se va a quitar. ¿Temeridad, espectáculo, indolencia, desdén...?

Dicen los entendidos, y su entorno, que así concibe su toreo. Natural y por derecho. Derecho a la gloria a secas, o derecho a la gloria de paso por la enfermería. Esperemos que el ritual completo tampoco se consume esta tarde de toros en el Coso de Santa Margarita de Linares.

Por lo pronto el "No hay Billetes" se ha colgado. Y la reventa funciona a 1200 euros. El ambiente en la plaza, doy fe de ello, antes de la corrida es un auténtico hervidero de gente que va y viene contagiada de la temeridad del diestro. El pasodoble que suena con aromas de eternidad a cada lance, estático, con gusto a toreo añejo, es de un eco distinto, sabor agridulce que espera no se rompa la partitura ni el hechizo que la mantiene de una pieza durante la faena.

Por cierto, también actúan Finito de Córdoba y José María Manzanares (hijo).

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