jueves, 19 de febrero de 2009

El mundo en un Centímetro

Bueno, bueno, lo de esta tarde ha sido para traca. Definitivamente tengo que empezar a revisar mis habilidades.

Creía yo, ingenuo de mí, que dominaba medianamente estos aparatitos (ordenador, juegos, etc.) que tan sibilinamente se han ido colando en nuestra vida de unos años a esta parte. Siempre recelé de ellos, no pretendo engañar. Pero claro, el mundo avanza e inexorablemente nosotros con él. Quedarse al acecho viéndolas venir es una forma no sólo de perder el tiempo, sino, el sitio tan preciado que uno merece en esta vida... o que cree merecer.

Menudo enjuague. Me las disponía yo a dejar de manifiesto mi destreza y de pronto alguien con unos cuantos años menos que yo, unos cuantos bastantes, seamos sinceros, ya no es que me haya puesto en mi sitio, sino que por un momento vi con cierto desasosiego a la generación que nos gobernará en un futuro.

En fin, que de pronto y sin saber cómo un enjambre de dedos, prometo que no más de diez como Dios y la santa madre naturaleza mandan, pero allí pareciera que hubiera al menos 40, configurando, reseteando, botón va, botón viene y de pronto veo mi nombre, ¡qué digo mi nombre!, todo yo, rostro, cabellos, ataviado con una equipación de baloncesto en la pantalla del televisor. Y nada menos que en la misma NBA y a Gasol de alero a medias conmigo.

Ni me atreví siquiera a cojer el mando. No más de 10 centímetros de extremos a extremo, créeme. Un rubor me recorrió la espalda de punta a punta y sólo fui capaz de ver mi evolución en aquella cancha virtual que cada vez se asemeja más a una real, o... es al revés. No sé ya me he perdido otra vez.

No hay comentarios: