sábado, 20 de noviembre de 2010

Una Canción Con Más Que Historia


El juego, la diversión, desde tiempo inmemorial han sido el motor que ha hecho posible la evolución a nivel general habida cuenta del factor de sed de conocimiento que incorpora. Los grandes hallazgos habidos en la historia de la humanidad han partido siempre de la necesidad de hacer estable, cuanto menos confortable nuestro devenir vital.

La pólvora es un claro ejemplo, aunque más tarde la inherente habilidad humana para pervertirse diera al cabo con el refulgente descubrimiento para fines bastante reprochables. Hacia atrás en el tiempo el mismo fuego es otro ejemplo. Y la lista sería prolija.

Centrémonos en la música. Lo que hoy tenemos es resultado de miles de años de evolución. Avance en el conocimiento que no viene si no a perfeccionar un antiguo anhelo de la humanidad. Hoy sabemos que en las cavernas los primeros moradores humanos ya producían con primitivas flautas sonidos agradables, que nunca mejor dicho amansaban a las mismas fieras.

Del mismo modo un sonido acompasado, básicamente percusivo puede enaltecer el ímpetu anímico y provocar un estado alterado de conciencia capaz de despertar el instinto atávico que yace en lo más profundo del subconsciente.

Trasladado a lo más inmediato que nos ocupa en este blog, es sabido que un simple título, no digamos ya el desarrollo en el pentagrama del mismo, despierta sentimientos encontrados dependiendo de quién sea el receptor. Mantengo al margen la intencionalidad del autor.

Voy a pronunciar Helter Skelter. Algunas alarmas ya habrán saltado nada más leer ese título. The Beatles dejaron un hueco en su Álbum Blanco de 1968 al sonido poderoso, germen del heavy metal que en la actualidad conocemos. No escatimaron en esfuerzos y decididamente este tema rebosa heavy como pocas veces.

Los de Liverpool siempre tan revulsivos. La canción fue compuesta por Paul McCartney. Éste se inspiró en una atracción de feria muy común en el Reino Unido consistente en un tobogán en forma de espiral. Paul dijo que quiso utilizar esa imagen como símbolo de la caída y decadencia.

Y de nuevo aquí el Yin Yan de la música. Más exactamente las dobles interpretaciones. Decir Charles Manson es sinónimo de ignominia, decadencia, depravación y sobre todo paranoia homicida por ser suave en la descripción de este músico mediocre y mesiánico.

Manson interpretó que este tema de The Beatles simbolizaba a la perfección sus delirantes vaticinios de un nuevo mundo que surgiría a su vez de una nueva casta de prohombres al frente de los cuales estaría él mismo y que para ello antes había que destruir el actual orden mundial. Y de la peor forma. Pretendía el aniquilamiento literal de la sociedad actual con todas sus unidades individuales.

Como mínimo delirante. En concreto parece que este siniestro mesías vio en Helter Skelter una de las catástrofes que acabarían con este mundo, es decir, el enfrentamiento entre la raza blanca y la raza negra y que en su desorden mental estaba dispuesto a auspiciar.

En esta particular y terrorífica cruzada perpetró en 1969 uno de los asesinatos más salvajes que se recuerdan en la historia reciente. La justicia sentenció que él no había sido el autor material de los hechos pero sí el inductor necesario y que estuvo presente en el lugar del crimen, por lo tanto se le condenó a muerte, pena que fue conmutada por cadena perpetua que en la actualidad cumple.

La escena del crimen era la casa del director de cine Roman Polanski, y la infortunada víctima su mujer, la actriz mito erótico de los sesenta Sharon Tate que en avanzado estado de gestación fue eviscerada. Algún invitado que pasaba la noche allí no corrió mejor suerte. En las paredes de la casa escenario del horrible crimen aparecían escritas con sangre las palabras Helter Skelter.

Inopinadamente una canción que quedó estigmatizada para siempre. Nada es mejor ni peor, todo depende del uso que se le de y sobre todo de las manos en las que tenga la suerte o infortunio de caer. De ti depende que quieras escucharla a continuación.


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