Esta extraña situación anímica entre estrellas de tamaño calibre no fue óbice sin embargo para que cierto día de 1983, en la cima de sus carreras musicales, se reuniesen en California, concretamente en el estudio de grabación de Jackson.
La buena armonía parece que brilló por su ausencia y aún así dejaron registrada una sesión de duetos que jamás vio la luz. La tirantez que se interponía entre los dos no dio lugar a un segundo encuentro en el que dejaran definitivamente perfilado el material. Ha sido ahora cuando Roger Taylor y Brian May, compañeros de Mercury en Queen, las han recuperado.
Estas grabaciones se encuentran en bruto. No fueron producidas. Y así han permanecido ocultas hasta nuestros días. Ahora Taylor y May se afanan en pulirlas para ponerlas a disposición del público en un plazo de dos meses.
Oportunidad comercial de cara a la Navidad, altruista homenaje a las dos estrellas desaparecidas... Se resolverá en breve. Entre tanto hagámonos una idea escuchando parte del material original que desde hace algunos años venía circulando por la red.
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