martes, 3 de junio de 2014

De La Mierda y el Asco




Hace unos años, y que tampoco importa cuántos, el caso es que desapareció para siempre jamás el cantautor de Chamberí Hilario Camacho. Su lucha social es conocida en el mundillo artístico. No fue el primero y tampoco es el único que paseó sus reivindicaciones juveniles guitarra en mano en ambientes universitarios. Y todo para nada, debió pensar cuando se quitó la vida dejando manuscritas palabras como está claro que este es un mundo de vividores.

Acudiendo ahora al recetario poético de Neruda puedo decir, podría decir que este es un mundo maravilloso, y que la generosidad, bondad y humanidad son... Son nada. No tienen valor salvo que haya un contrato de por medio. Aún así se rubrican en su mínima expresión.

Es una relación directamente proporcional. A más estrellas pecuniarias tenga el susodicho contrato, más atención te van a dedicar. Como las estrellas Michelín, que garantizan un mínimo de calidad al restaurante de turno en función del número de ellas que ostente.

El trato humano se ha convertido en moneda de cambio. Si me sirves al otro lado, te ayudaré a cruzar la frontera. Una vez allí me rendirás cuentas. Si te atrapan será tu problema. El contrato no contempla la ayuda humanitaria. No se supone, como antaño el valor al soldado.

Es triste pero si el acuerdo contractual es sustancioso, viviré sólo y únicamente para ti. Si caes en desgracia por razones de edad, raza, sexo o condición social mejor será que hayas firmado la cláusula adecuada. Y no te equivoques al pulsar la tecla de la dichosa cláusula que firmado queda y después si te vi no me acuerdo.

El trato queda cerrado, el negocio está hecho. Dan igual los actores y las mercancías -a veces se confunden ambas-. Si tienes dinero y necesitas tres pruebas diagnósticas habrás tenido suerte; si sólo firmaste para una nada más, date por sodomizado, y por supuesto sin anestesia...

De la media jornada hablaremos en otra ocasión, que no quisiera yo hoy verme como escribió el sabio Antonio Gala... no pasa nada, sólo que hoy te has levantado un poco triste. Sal fuera, como si tal cosa, ¿es que algo sucedió?, nada en absoluto. Pues ve, y que nadie sepa que hoy saliste a la calle contigo muerto a cuestas... 

Mis disculpas a Gala por interpretar sus palabras. Todo el asco a los que comercian con la vida humana y se venden al mejor postor contractual. Me ahorro los detalles. A buen entendedor...






No hay comentarios: