Casi habría que hacer un ejercicio de memoria dulce pero intenso para recordar cuál fue el último éxito de este cantante y guitarrista de San Antonio, Texas.
El debut de Christopher Cross fue espectacular. Allá por 1979 y con un sorprendente disco llamado "Ride Like The Wind". Efectivamente cabalgó a lomos del viento hacia los primeros lugares de las listas de éxitos de medio mundo. Consiguió nada menos que cinco Grammys.
Eran músicas muy bien elaboradas, sonidos pop sin estridencias con baladas sofisticadas que daban un lustre prometedor a una voz en semifalsete que le hizo tremendamente popular. Lo que los yanquis llaman 'AOR', esto es, música adulta para las fm's.
A ese disco siguió "Another Page" en 1983 que ya venía precedido por la excelente "Arthur's Theme (Best That You Can Do)", muy premiada con un Oscar y Globo de Oro a la mejor canción original de la película "El Soltero de Oro". Pero a partir de aquí su carrera empezó a decrecer.
Discos en la misma línea pero un estilo que dejó de estar de moda. Y a seguir trabajando. Poca repercusión pero magníficas producciones estilo de la casa.
El caso es que el pasado 26 de septiembre y tras un concierto más, decididamente íntimo y discreto como en los últimos 20 años, Cross decide poner al día algunos de sus mejores clásicos en formato acústico. Tal cual la línea que viene siguiendo desde hace años.
La experiencia llega con el nombre "The Café Carlyle Sessions". Que viene a ser una muestra de estudio del concierto en la sala de dicho café neoyorquino que tiene un aforo de unas cien personas solamente. Christopher con la breve compañía de una batería, piano y saxo más su sugerente voz y guitarra recupera para un público amable sus mejores clásicos y otros registros menos conocidos.
Una delicia para tiempos convulsos que te recomiendo encarecidamente. Ahí te dejo un pequeño aperitivo. Disfrútalo.
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