jueves, 18 de septiembre de 2008

Cantar Prestado


Son variados los motivos por los que un solista, grupo o compositor cede a la tentación de meter mano a las obras de sus iguales. Con el consentimiento oportuno para evitar el ominoso juicio. Aunque existen caminos alternativos para hacerlo y no se note . Ya sabes, esas sospechas de que aquel tema suena como ese otro y los créditos son distintos... El plagio, para entendernos.

Quizá durante los sesenta Phil Spector podría haber emprendido un lucrativo tour por los juzgados si hubiera reaccionado contundentemente ante aquellos que tomaron como base su famoso "muro musical". Pero claro, aquello más bien era un concepto de difícil registro en la propiedad intelectual.

De lo que quiero hablar es de la versión o cover de toda la vida. Aquella que aparece con sus créditos en regla. Y han sido muchas a lo largo de la historia de la música moderna. Unas para hacer buena la original otras directamente para relegar a su progenitora a un segundo plano.

Qué duda cabe que las segundas son más interesantes. Pero no nos equivoquemos. Para que así sea debe existir una base potable. Tampoco queramos devaluar la valía de quien tuvo primero la inspirada visita de la musa.

Motivos, pues los mismos de cualquier creador. La sequía puntual que por más que exprima no sale nada bueno del pentagrama, la vagancia, recuperar posiciones en el ránking de los más vendidos con canciones que llevan el marchamo del éxito asegurado porque ya lo fueron en su versión original, o simplemente porque sólo son intérpretes... Y en el mejor de los casos, que habida cuenta de lo que hay son los menos, por el placer de conducir un "cochazo de lujo".

La mayoría de los grandes lo han hecho, de los pequeños ni hablemos porque se sirven de ellas con frecuencia para despuntar en su carrera. Bob Dylan, David Bowie, U2, Van Halen, Danza Invisible, Radio Futura, Elton John, George Michael, Robbie Williams, Miguel Ríos... por citar unos pocos. Algunos a bordo de discos completos como tributo a un estilo, cantante o grupo, conciertos benéficos, etc.

Siempre que se haga bien y no como recurso estrictamente comercial el resultado va a ser mejor que bueno. Es evidente. Plantéatelo un segundo y verás como tiene sentido. Dan lugar a auténticas recreaciones con resultados en algunos casos entrañablemente peculiares. Voy a dejarte un ejemplo de ello. "Stairway To Heaven", la obra maestra del rock de los primeros setenta de carácter ocultista de la Led Zeppelin en manos de la cantante country Dolly Parton y además en directo. Es una delicia.

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