sábado, 6 de septiembre de 2008

De la Pureza Musical


Si es que a veces miramos más la paja en el ojo ajeno que la viga en el nuestro. No quiero abundar en frasecitas así, pero la cosa se las trae.

Es decir, o haces una obra maestra, te reinventas todos los estilos musicales -ya puestos creas uno nuevo-, gustas a dos o tres en virtud de tu pureza musical y para que al final el crítico de turno te ponga un diez y el público en general que es en definitiva a quien va dirigido el disco te suspenda con un sonoro muy deficiente.

Me refiero a la reciente resurrección del soul sesentero de la mano de féminas como Amy Winehouse o Duffy. Si escuchas sus discos, "Back To Black" y "Rockferry", respectivamente, de pronto notarás una brisa soul que te envuelve gratamente.

Pues bien, ahora resulta que la primera es la genuina y la segunda una copia que aprovecha el tirón de la Winehouse. Ya está, todo dicho y tan feliz.

Así se despachan articulistas entorno al tema. Pues no. Me niego en redondo. Ni la primera es la adalid del estilo ni la segunda la mácula. Entre otras razones porque habría que pedir permiso a Dusty Springfields y de paso a Aretha Franklin que también lo hizo bien en el soul en la segunda mitad de los sesenta.

Y en cualquier caso ninguna de las dos inventó nada. Quizá Dusty aderezó la cosa con su controvertida personalidad, presumiblemente canalla, y eso se nota en su trabajo. Mismamente que Amy, aunque ésta ha elevado su relevancia social a base del esperpento más bochornoso.

Total, concluyo, que los dos discos son buenos, que su base es soul, que la garra y fuerza de la londinense Winehouse encuentra un camino más dulce en la galesa Duffy y que las dos tienen voz y actitudes para interpretar con soltura el estilo que defienden, el soul.

Y cuando quiera recurrir a los clásicos que hicieron lo mismo hace 30 años pues buscaré sus discos, que por cierto no todos son tan espléndidos ni tan originales.




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