miércoles, 21 de enero de 2009

San Valentín, ¿menos que ayer?


Pues a menos de un mes ya empieza a vislumbrarse por el tenue horizonte la elegante y enamorada semiparábola de las flechas de cupido. Nunca es tarde si la dicha es buena. Es decir, ve ahorrando para agasajar a tu enamorad@ que en ese día precisamente debe notar que le quieres más que durante todo el año. !Qué tontería¡. Sí, me despacho con este adjetivo con conocimiento de causa... Si hay que recordarlo, malo.

Pronto veremos las más 'románticas' ofertas para un día de ensueño. El mejor y más dorado viaje al paraíso infinito del amor, por cierto a un sólo paso del olvido, la cena más suculenta, afrodisíaca y sobre todo dulce que prepara el restaurante de turno para la gran noche de satén, o quizá una lavadora que alivie la pena del desamor durante el resto de días que no son 14 de febrero.

Está claro que es un invento comercial para incentivo de los sufridos comerciantes que en esta fecha se convierten en la mejor alcahueta que puedas echarte a la vista. Para ti y para su negocio. Ya se cuidan mucho que no muerdas a destiempo la manzana envenenada de la soledad. Como diría Camilo José Cela, "el enamoramiento, que no es sino falta de higiene mental".

Pero en fin, dejemos la perspectiva a ras de suelo y aunque sólo sea por unos días volemos hacia la banalidad del 14, la fútil sensación de que todo es color de rosa de febrero, una flor muy socorrida para regalar o para hacer metáforas como esta.

Además debes saber que la mayoría de las canciones de amor de la historia o hablan de todo lo contrario o narran unas peripecias que..., la verdad, uno prefiere estar desparejado. Si no fuera por la dulce melodía que las acompaña otro gallo las cantaría (lo de gallo entiéndase como recurso dialéctico).

A lo que vamos. Como aparecerán mil y una recopilaciones de versos musicados muy, muy enamorados en un pentagrama más suavón que nunca, yo te ofreceré aquí la relación definitiva más canalla. Si no consigues que al final se rinda ante ti tu media naranja no será por falta de música.

Primera propuesta:
Hola otra vez; hola
Sólo llamo para decirte hola.
He pasado toda la noche en vela.
Sé que es tarde, pero no podía esperar.

Hola, amiga mía; hola
Sólo he llamado para decirte
Que cada noche pienso en ti
Cuando estoy aquí, solo, y tu estás en casa.

Quizá ha sido una locura
Y quizá yo tenga la culpa.
Mis sentimientos están por encima de la razón,
Hemos pasado por todo y me quieres igual
Y cuando no estás sólo quiero oír:

Hola, amigo mío; hola.
Es bonito necesitarte tanto.
Es bonito quererte como yo te quiero
Y así me siento cuando me dices: hola

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