martes, 14 de octubre de 2008

Bob Dylan Acude a su Fondo de Catálago




Y no es la primera vez que lo hace para ir rellenando huecos. Pero al menos lo hace con dignidad y tira de aquellos descartes de sus discos publicados en los últimos casi veinte años. Discos en los que ha habido de todo.

Son temas que por algún motivo quedaron fuera de la selección final. Y escuchándolos aún uno se pregunta por qué... Quizá el bueno de Bob aprovecha los ratos de lucidez y guarda temas para las vacas flacas que tarde o temprano terminan por aparecer o quizá es un ardid comercial de Columbia Records para mantener entretenido al personal ante los cada vez más espaciados nuevos trabajos de Dylan.

El que fuera galardonado en abril de 2008 con el Premio Pulitzer por el "profundo impacto en la música popular y la cultura norteamericana, marcada por composiciones líricas de extraordinario poder poético", y el Príncipe de Asturias de las Artes el año anterior en España, nunca quiso abanderar ningún movimiento social. Pero a su pesar el mismo poder de convicción de esas letras aferradas a la realidad de una juventud que en los sesenta bullía en busca de nuevas respuestas a sus inquietantes preguntas existenciales, le colocaron a la vanguardia de la iniciativa revulsiva de los sesenta junto a su buena amiga Joan Baez, a base de folk desnudo de adornos pero repleto de frases lapidarias. 

Luego así como el que no quiere la cosa se subía a un escenario y se inventaba el folk rock. Tan sencillo como introducir una guitarra eléctrica al universo acústico del folk. Le criticaron, le desterraron del olimpo folky pero supo esperar, porque con claridad sabía que tarde o temprano terminaría por reconquistar su posición. Como así fue. Todo ello ocurrió en el festival Folk de Newport. ¡Qué revuelo tan sumamente mágico!.

En la actualidad y en directo quizá los adjetivos no puedan ser tan favorables, toda vez que parapetado tras un teclado su figura se paseó por España, Jaén, con cierta incertidumbre interpretativa... Pero la cabeza le sigue funcionando de cuando en cuando y ahora que el bueno de Rick Rubin recupera para el mundo acústico a figuras de relumbrón como Neil Diamond, antes Jhonny Cash y el próximo en la lista es el propio Dylan, él por su cuenta se marca todo un álbum de esa misma guisa con versiones alternativas de temas propios de las últimas dos décadas y otros que quedaron inéditos... hasta ahora.

Los recoge en el volumen número ocho ya de la colección Bootleg Series que ha ido publicando. Está bajo el título Tell Tale Signs. Disponible desde este mismo mes de octubre.

Voy a dejarte sólo un ejemplo. Apasionante. Merece la pena, es Bob Dylan en estado puro. Una grabación alternativa del Most Of The Time del álbum Oh Mercy de 1989, vigésimo sexto álbum de Dylan que supuso una recuperación en una etapa de crisis personal y musical.



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